Mantoncillos
Mantoncillo bordado a máquina
El impacto cultural de los mantoncillos deja consigo una estela de historias y procesos que empezaron a suceder desde el siglo XVI. Y es que estamos hablando de un elemento antiguo, que pasó de ser de uso cotidiano, para empezar a lucirse en el mundo artístico.
Si quieres conocer más acerca de este complemento, y entender por qué se volvió indispensable para muchas mujeres en su momento, en Juan Foronda encontrarás toda la información sobre cómo llegó a ser parte de nuestra cultura, sus orígenes y algunas curiosidades interesantísimas, además de los mejores mantoncillos artesanales en Sevilla.
Origen de los mantoncillos
Los mantoncillos son una prenda popular y conocida por todos. Sin embargo, pese a su popularidad es fácil ignorar su verdadera procedencia. Lo más normal es asumir que estas piezas son oriundas del sur de España, aunque lo cierto es que son de origen chino.
Así es, estas piezas que adornan el movimiento de las bailaoras desde hace ya bastante tiempo, son otro de los muchos accesorios que tuvieron auge gracias a las rutas comerciales orientales que conectaron culturalmente al continente asiático con el europeo.
Esto es lo que da origen a los típicos estilos del bordado de los mantones de Manila, que suelen presentar figuras y símbolos referentes a la cultura oriental. Esto es entendible, considerando que apenas llegaron a España en el siglo XVIII.
Para cuando se empezaron a comercializar, los mercantes españoles las exportaban desde Manila, Filipinas. De ahí se origina el nombre que las identificaría. Para ese entonces los mantoncillos eran utilizados para el abrigo, pero un elemento con tanto estilo y elegancia no tardaría en ser aprovechado para complementar los atuendos.
De ahí pasó a convertirse en parte de la vestimenta típica, como el tradicional traje de chulapa madrileño. Hay que mencionar también, que no solo era común verlo en las bailaoras de flamenco, sino además en las cantaoras y otras representaciones culturales típicas.
Así fue como esta enigmática y multifuncional prenda pasó a ser de uso cotidiano, llegando a tener impacto en la moda actual. Aunque su uso está cada vez más reducido al baile, existen mujeres que lo utilizan para dar un toque más sofisticado a sus atuendos.
El simbolismo del mantoncillo
Como ya se ha mencionado, los mantoncillos guardan una estrecha relación con la cultura oriental y de ahí derivan la mayoría de las temáticas que vemos plasmadas en sus bordados.
Por dicha razón, lo más normal es encontrar la presencia de flores, que se entretejen entre sus bordados como un lenguaje oculto y sujeto a diferentes interpretaciones. Esto más allá de resaltar los aspectos artísticos de este elemento, ofrece una variedad de diseños y acabados, entre los que destacan la presencia de otras figuras como:
Figuras de animales míticos como el ave fénix, las mariposas y el pavo real: estos son los animales que tienen mayor presencia en los mantoncillos más clásicos, que buscan representar conceptos como la resiliencia y la transformación a través de sus imágenes.
Figuras de familias: esto tiene mucho que ver con su origen oriental, con lo cual es muy común encontrar presencia humana como la familia imperial china, representada por figuras o símbolos bastante explícitos.
Flora característica: las flores de loto son consideradas las principales protagonistas que adornan los bordados de los mantones de Manila, lo que es fácil de entender cuando consideramos el origen histórico de estás prendas.
Árboles: los árboles, las hojas y diferentes frutos también tienen espacio en los diseños de los mantoncillos, especialmente cuando se busca proyectar el conocimiento y la prosperidad.
A estas imágenes y símbolos le hacen juego una gama de colores característica que los acompaña. Hay mujeres que coleccionan juegos de mantoncillos en cada representación, con el objetivo de contar con uno para cada ocasión.
El simbolismo de los mantoncillos es uno de sus aspectos más rescatables, ya que además de darle importantes aportaciones estéticas, lo convierte en una pieza con alto valor cultural.
Características de los mantoncillos
Se dice que no existen dos mantoncillos exactamente iguales porque estas piezas son confeccionadas en un material como la seda que pasa a ser bordado completamente a mano.
Esto dota a las prendas de una serie de características bastante singulares, que en la actualidad son asociadas directamente con bailes como el flamenco, moda contemporánea y otras expresiones artísticas como son la zarzuela o el cabaret.
Su extenso uso se debe a la gran vistosidad que genera su caída, la cual se aprecia durante los movimientos pronunciados de la persona que porte el mantoncillo. Dicho esto, hay destacar que las características más importantes de los mantoncillos, que son:
Medidas: no existe una norma que establezca las medidas, además estas varían de acuerdo a las dimensiones de cada persona. Aun así, las medidas regulares normalmente son 145 centímetros de extensión, 30 centímetros de fleco y 21 centímetros de enrejado.
Confección: bordado a mano y confeccionado en seda natural. Esto es lo que permite esa movilidad y caída característica de los mantoncillos, que tanto se aprovecha para los bailes y representaciones.
Peso: es, obviamente, otro aspecto que no tiene un porcentaje fijo, pero naturalmente debe ser una pieza consistente para evitar que pueda arrugarse durante el baile, aunque no pesada para conseguir ese efecto embriagador. Hay algunos mantoncillos que llegan a pesos considerables, pero suelen oscilar sobre los 150 gr.
Hay que tener en cuenta que los mantoncillos son un artículo único y que sus medidas o características están definidas por el artesano encargado de su fabricación. Además hay que mencionar que las medidas deben acoplarse a las características físicas de la persona que vaya a lucir la pieza.
Saber portar esta pieza con presteza y elegancia se ha convertido en todo un arte que requiere un poco de práctica, pero que una vez dominado te hace lucir increíble.
Curiosidades de los mantoncillos
El mantoncillo ha estado ligado a diferentes leyendas e historias populares, pero sin duda una de las más conocidas es la de las cigarreras de Sevilla. Se trata de mujeres que se valían ingeniosamente de la seda de los mantoncillos para ocultar y proteger los fardos de tabaco procedentes de América.
Después de haber cumplido sus objetivos de traslado, las mencionadas "cigarreras" procedían a trabajar las telas mediante el bordado, para convertirlas en mantoncillos que utilizarían para cubrir sus hombros.
Otra curiosidad relevante de estas elegantes piezas artesanales, tiene que ver con su popularización. En este sentido, destacan dos referentes que impulsaron el uso de estas obras de arte, tanto en el flamenco como en la vida cotidiana.
Ellas fueron Pastora Imperio y Matilde Coral o la Macarrona como se le conocía. Ellas se valieron del uso de las escuelas sevillanas, para promover el uso de los mantoncillos y los mantones de Manila.
Cómo escoger los mejores mantoncillos
Los mantoncillos son un elemento hecho para acompañar todo tipo de atuendos, caracterizado por sus funcionalidades y la comodidad que representa. Para que la pieza pueda ser completamente aprovechada, deben darse una serie de condiciones.
Estas incluyen que los materiales de elaboración sean de la más alta calidad y que las medidas cumplan con las necesidades de cada persona. Esto quiere decir que la extensión del mantoncillo debe ser adecuada a la amplitud de la espalda y alcanzar la punta de los dedos, cuando la persona en cuestión ubica los brazos en forma de cruz.
Esto asegura la movilidad y comodidad de las bailaoras, que encuentran en esta configuración la manera propicia de convertir al mantoncillo en una extensión de su cuerpo. Esto con la implementación de una buena técnica de baile es capaz de conseguir un efecto vistoso que da gusto observar.
En caso de que busques los mejores mantoncillos del mercado, conviene saber cómo y a dónde acudir. Por ello, una vez tomadas en cuenta las consideraciones mencionadas, debes acudir a un proveedor de calidad, donde puedas encontrar el producto que estás buscando.
En este sentido destacan las piezas que en Juan Foronda ponemos a tu disposición, con la mejor selección de mantoncillos del mercado. Elaborados por los mejores profesionales, con acabados estéticos, figuras y colores para complementar tu atuendo. No importa si lo buscas para el día a día o para el baile.
Esta opción te permite encontrar lo que buscas en un solo lugar, haciendo que puedas ahorrar tiempo y dinero.
Conservación y mantenimiento de los mantoncillos
Es importante además de saber lucir con gracia y seguridad este tipo de prendas, entender que está elaborado a base de un material delicado como la seda.
Es cierto que los mantoncillos de calidad en Sevilla pueden pasar de generación en generación, pero esto depende de su conservación y los cuidados que pongas cuando vayas a guardarlo.
Para asegurar un guardado que no dañe tus mantones de Manila, debes tener en cuenta lo siguiente.
No colgarlo: el propio peso del mantoncillo puede acabar por rasgar la seda o dañar el enrejado.
No doblarlo: esto puede producir arrugas que se vuelven imposibles de quitar.
La mejor manera para conservarlos es guardarlos envueltos en papeles de seda de color blanco, preferiblemente en un tubo de cartón para evitar las mencionadas arrugas
Tratar de sacarlo al aire libre por lo menos dos veces por año, con el objetivo de que los materiales del mantón puedan "respirar".
Estamos hablando de unas piezas invaluables que representan a toda una cultura. Por esta razón hay que dedicarles tiempo para saber cómo lucirlos, conservarlos y sacar su máximo provecho por la mayor cantidad de tiempo posible.
Quienes saben disfrutar y lucir los mantoncillos, saben que bien vale la pena dedicarles un poco de tiempo. De esta manera es mucho más fácil apropiarse de esta prenda que guarda dentro de sí una importancia histórica más que considerable, debido al gran impacto simbólico y cultural que ha significado.